Nos detendremos un momento en
el análisis formal de una de las sincronías que he anotado recientemente en un
cuaderno amarillo, como mis “manzanas de significación”, que así bauticé las
sincronías hace más de un año (a posteriori relacioné esas manzanas con las del Jardín
de las Hespérides, cuyo consumo empalidece el tiempo lineal):
“El 25 de diciembre de 2019 decido anotar las manzanas de significación. Elijo para ello un cuaderno amarillo (medio
lleno con otras cosas) y abro una página al azar en la que hay prensadas unas
hojas de manzano recogidas por mí misma el 27 de agosto de 2019, junto a San
Miguel de Lillo y Santa María del Naranco, en Oviedo”.
Aclaro que en ese cuaderno hay
muchas otras hojas, todas ellas de árboles distintos; y que solo en esa página
están las redondas hojas del manzano. Para rizar aún más este modesto rizo:
“Un par de horas antes de
abrir el cuaderno para anotar mis primeras manzanas de significación, durante
el desayuno, L. y yo rememoramos nuestra visita estival a San Miguel de Lillo y
Santa María del Naranco”.
Por tanto, al abrir el cuaderno amarillo para escribir sobre las manzanas de significación, me encontré con las hojas de un manzano que recogí en una visita a Oviedo de la que, un rato antes, había estado hablando con L. por primera vez en cuatro meses.
Anoto aquí mis preguntas: ¿hubo
cierta influencia semántica en la concatenación de estos hechos simples? ¿Qué
papel jugó la atención emocionada en esta confluencia (tanto las manzanas como
mi viaje al prerrománico asturiano me conmovieron profundamente)? ¿Acaso la emoción atenta, de alguna forma,
inclina la organización de nuestro pequeño mundo?
Sin esperanza alguna de
conclusión, seguiré anotando para dilucidar posibles argumentos. También porque, como bien sabían los
dioses, incluso en este extraño tiempo las horas se pasan mejor entre manzanas.
Y por qué yo me sentí atraída a abrir este post tuyo? No había leído más que el primer párrafo, y no sabía de la asociación con ese viaje. Te diré que la elección de una manzana Golden y la palabra Hespérides llamaron a esta canaria que estaba contigo delante del prerrománico asturiano. Ahí quedan esos hilos para tu madeja de lengua.
ResponderEliminarY no solo, Sonia, no sé si recuerdas que estábamos juntas cuando cogí la hoja del manzano. Me preguntaste para qué la quería y te hablé sobre mi pequeña investigación sobre los árboles para un libro que estoy escribiendo. Así que has estado implicada en este post de diversas maneras :)
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