miércoles, 24 de junio de 2020

El universo como información a la sombra de Claude Shannon


La sombra del ingeniero informático Claude Shannon me resulta sorprendentemente alargada. Por una parte, su teoría de la información, creada a finales de los años 40 del siglo pasado, influyó en el desarrollo de la teoría matemática de la comunicación o teoría de la información.

De ahí  que en los institutos se estudie la comunicación en términos de intercambio de mensajes (cifrados en un código, que no lengua) entre un punto A o emisor y un punto B o receptor [nótese lo aburrido que puede resultar para los alumnos y alumnas esta explicación reduccionista; amén de lo lejos que está de nuestras lecturas de La Celestina o de las conversaciones llenas de gestos que continuamente ellos mismos mantienen].

Sin embargo, todavía me asombra más la influencia de la teoría de la información de Shannon en la interpretación del cosmos que hacen teóricos muy actuales, como el físico de la Universidad de Oxford Vlatko Vedral. Según él: “el universo mismo no estaría compuesto de materia ni de energía, sino de información”.

Quizá esté obsesionada con Shannon, pero incluso he creído notar su influencia en libro El universo informado, de Ervin László, que leí hace un par de años. En esta obra, László (filósofo de la ciencia con varias decenas de títulos publicados) plantea que la sustancia clave del cosmos sería un “campo de información” situado en un “vacío cósmico” (akasha o éter en sánscrito) que funcionaría como “almacén” de la información de todo lo sucedido alguna vez en el universo.

La explicación recuerda bastante a la nube o al disco duro de los ordenadores (a vueltas con Shannon), aunque quizá haya que reconocerle también algunas similitudes con el orden implicado del físico David Bohm (ver El paradigma holográfico, una obra muy interesante y, por cierto,mucho más poética).

Y aquí sigo, buscando información sobre la información que conforma el mundo, según Shannon y demás. Supongo que alargando aún más la sombra de Shannon o –lo que es más probable– echando un poco más de información al vacío. 



Imagen: La Celestina observa un intercambio de información entre un emisor (Calixto) y un receptor (Melibea), registrado por Fernando de Rojas en su código castellano de 1499. Aunque por razones diferentes, estos dos personajes también acabarán en el vacío.

viernes, 19 de junio de 2020

"Sobre el camino a la majestuosidad"


Sobre el camino a la majestuosidad (*)

En puntas de seda guardaba Arlequín
dos corazones:

uno era acróbata, otro
jugaba al ajedrez

Hasta que la madre
no cortó aquel hilo
fue criado.

(*) Poema del libro Tratado de las mariposas (Yaiza Martínez, Ediciones Tigres de Papel, 2018). Puedes encontrar más información sobre las mariposas y los artistas que aparecen en este poemario en este blog. La imagen es de Esperanza Vives Frasés. 

sábado, 13 de junio de 2020

Pequeña sincronía para el argumento de las manzanas

Si se está interesada en aprehender el argumento de la realidad, las notaciones sobre sincronías pueden resultar fascinantes. Pareciera, además, que el acto de apuntarlas aumentase su significado e incidencia (y quizá así funcione el misterio prolífico del mundo).  

Nos detendremos un momento en el análisis formal de una de las sincronías que he anotado recientemente en un cuaderno amarillo, como mis “manzanas de significación”, que así bauticé las sincronías hace más de un año (a posteriori relacioné esas manzanas con las del Jardín de las Hespérides, cuyo consumo empalidece el tiempo lineal):

“El 25 de diciembre de 2019 decido anotar las manzanas de significación. Elijo para ello un cuaderno amarillo (medio lleno con otras cosas) y abro una página al azar en la que hay prensadas unas hojas de manzano recogidas por mí misma el 27 de agosto de 2019, junto a San Miguel de Lillo y Santa María del Naranco, en Oviedo”.  

Aclaro que en ese cuaderno hay muchas otras hojas, todas ellas de árboles distintos; y que solo en esa página están las redondas hojas del manzano. Para rizar aún más este modesto rizo:

“Un par de horas antes de abrir el cuaderno para anotar mis primeras manzanas de significación, durante el desayuno, L. y yo rememoramos nuestra visita estival a San Miguel de Lillo y Santa María del Naranco”.  

Por tanto, al abrir el cuaderno amarillo para escribir sobre las manzanas de significación, me encontré con las hojas de un manzano que recogí en una visita a Oviedo de la que, un rato antes, había estado hablando con L. por primera vez en cuatro meses.

Anoto aquí mis preguntas: ¿hubo cierta influencia semántica en la concatenación de estos hechos simples? ¿Qué papel jugó la atención emocionada en esta confluencia (tanto las manzanas como mi viaje al prerrománico asturiano me conmovieron profundamente)? ¿Acaso la emoción atenta, de alguna forma, inclina la organización de nuestro pequeño mundo?

Sin esperanza alguna de conclusión, seguiré anotando para dilucidar posibles argumentos. También porque, como bien sabían los dioses, incluso en este extraño tiempo las horas se pasan mejor entre manzanas. 

viernes, 12 de junio de 2020

"Jengibre y su gota de luna"



La Troides andromache habita en la isla de Borneo, en la región en la que se levanta el Monte Kinabalu, un macizo granítico de más de 4.000 metros que es el centro de atención del Parque Nacional de Kinabalu

Para el pueblo indígena Kadazan, mayoritario al norte de Borneo, el Kinabalu es el lugar de descanso de los espíritus ancestrales. Las plantas medicinales y las raíces sagradas que crecen en él aún hoy son utilizadas por las sacerdotisas para canalizar los espíritus de cada familia.


Asimismo, este monte es clave en las historias y leyendas de Creación de los Kadazan. Una de estas leyendas cuenta que, después de una sequía prolongada, el dios Kinoingan sacrificó a su hija Ponompuan o Huminodun, y esparció sus pedazos por la tierra. 

Esta historia inspiró mi poema sobre jengibre y gota de luna, la maravillosa T. andromache, hoy dentro de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). 


Más información sobre esta mariposa y el resto de las que aparecen en mi libro Tratado de las mariposas (Ediciones Tigres de Papel, 2018) en este blogTroides andromache fue pintada para el texto por la magnífica artista Adriana Manuela Ruiz Gómez.

domingo, 7 de junio de 2020

Hay una lengua viva en el bosque imaginario

Desde tiempos inmemoriales, el bosque ha sido una fuente de recursos para el imaginario humano por ser un lugar profundo y misterioso; y también porque ha ofrecido elementos indispensables para la supervivencia: calor, protección, materiales, alimento…

A los lugares así el ser humano suele otorgarles un valor sagrado. Quizá sea ese el intercambio: tomar del bosque y, a cambio, hacer patente lo maravilloso del bosque. ¿Qué gana el bosque de eso? Mucho pues, como se ha demostrado, aquellas comunidades que perciben lo sagrado de su entorno hacen de este un uso sostenible que  favorece la perpetuación del medio (sin duda, tanto que aprender del religare local…)

Al bosque hemos acudido a ver arder los acebos con mensajes repentinos; a refugiarnos en los troncos vaciados de los tejos; a escuchar el lenguaje del viento o a mirarnos en el lago-espejo de Diana de Nemi. Allí están Yggdrasill, fresno nórdico que sostiene los nueve mundos y cuyas raíces se hunden en la sabiduría; el espino que vence al hambre o el roble identificado como “padre” por tradiciones diversas. Y en los bosques de niebla los laberintos del miedo, como redes de helechos que nacen del humus. Y están los claros del bosque, lugar para la visión, la toma de perspectiva, la recuperación del aliento.

Yo solo he empezado a adentrarme en el bosque y su imaginario, espero ir profundizando en ellos poco a poco. Afortunadamente, por el camino estoy encontrando algunas ayudas muy interesantes. Una de las más recientes ha sido el blog de la historiadora Lucía Triviño, Las hojas del bosque: bosques de cuento, los bosques en la Antigüedad Clásica, las arboledas del inframundo, las brujas y el bosque, los árboles movientes o el bosque en el Romanticismo son solo algunos de los temas que aparecen en este blog.  Sin duda, una preciosa guía para perdernos y encontrar lo que somos en el bosque; lo que hemos sido.



Imagen: Hayas en el Gribskov, Dinamarca. Autora: Malene Thyssen. CC BY-SA 3.0.

viernes, 5 de junio de 2020

"Sobre el inabarcable huerto de las paradojas"

Charaxes jasius puede encontrarse en el litoral mediterráneo de la península Ibérica, en las islas mediterráneas y en el norte de África. Recibe el nombre popular de mariposa del madroño,  porque sus orugas se alimentan de esta planta.

Es la mariposa diurna más grande de Europa, y una de las más espectaculares. Tiene una cabeza pequeña con grandes ojos, y antenas de tamaño medio; un tórax de color blanco, negro y marrón rojizo, y un pequeño abdomen de color gris.
La parte interior de las alas presenta franjas de color negro, naranja y amarillo. En la parte exterior se despliegan dibujos complejos, en colores blanco, negro, naranja y marrón rojizo. Sendos ocelos adornan sus alas posteriores. Alcanza una envergadura de entre 65 y 90 milímetros.
A menudo liba frutas en estado de descomposición, fluidos corporales de animales muertos y jugos de excrementos, algo que contrasta mucho con su belleza coloreada. Suele encontrarse en zonas arbustivas y de matorrales, y es de hábitos diurnos. Antes de iniciar el vuelo, gusta de exponer sus alas al sol para alcanzar la temperatura corporal que precisa.   
Más información sobre las mariposas de mi libro Tratado de las mariposas (Ediciones Tigres de Papel, 2018) en este blog.


lunes, 1 de junio de 2020

La lentitud en el lenguaje de la geometría

El laberinto de la Catedral de Chartres visto desde arriba. Fue la estructura que seguí para escribir mi libro La nada que parpadea (Ediciones La Palma, 2016), esas "once vueltas y una sola vía que conduce hacia el centro". 

Por aquel entonces la geometría y sus significaciones me despertaban mucha curiosidad, por eso elegí una estructura laberíntica para mi narración lírica. 

Sin embargo, al escribir el libro no sabía nada de la Escuela de Chartres, que he descubierto estos días en "El conocimiento perdido de la imaginación", de Gary Lachman. 

Según el historiador del arte Otto von Simson, la Escuela de Chartres acuñó en dicha catedral una cosmología geométrica y musical que dio origen a una verdadera estética geométrica y musical. Y no solo por ese laberinto, los elementos al respecto son múltiples, como la aplicación de la proporción áurea en la estructura o el hecho de que las diagonales de los rectángulos de la fachada occidental estén relacionados entre sí según los intervalos musicales de 4ª, 5ª, 8ª y de tono. Asimismo, hay especialistas que afirman que la nave principal podría estar diagramada como un monocordio: la longitud de la nave sería como la cuerda de ese instrumento y sus puntos más importantes (crucero, lugar del coro, etc.) guardarían una correspondencia con el lugar de las notas musicales en dicha cuerda.

La zona donde se levantó la catedral, por otro lado, fue siempre lugar de peregrinación para el culto a lo femenino (de hecho, la Catedral está destinada hoy al culto católico bajo la advocación de Nuestra Señora), otro de los temas de La nada que parpadea, pero este elemento sí lo conocía yo entonces. Por eso los bordes exteriores del laberinto están formados de "cuernos" lunares (hay un calendario lunar implícito) y la vía del centro acaba en una flor, un útero. Hablo del libro y el espacio sagrado.

Por tanto, al cabo de los años he comprobado que sí, la geometría significa y suena. Solo hay que esperar, porque hay cosas que no se oyen de inmediato sino a la vuelta de las once vías; o en su centro.  

Notas sobre los minerales a medida que avanzo en "Naturaleza de la luz" (Eolas, 2023)

1. La vida parece devenir del hábito de los minerales, de su conocimiento organizativo. Un continuo en ese primer propósito parece hacer e...