El laberinto
de la Catedral de
Chartres visto desde arriba. Fue la estructura que seguí para
escribir mi libro La nada que
parpadea (Ediciones La Palma, 2016), esas "once vueltas y una sola vía que conduce hacia
el centro".
Por aquel entonces la geometría y sus significaciones me despertaban mucha curiosidad, por eso elegí una estructura laberíntica para mi narración lírica.
Sin embargo, al escribir el libro no sabía nada de la Escuela de Chartres, que he descubierto estos días en "El conocimiento perdido de la imaginación", de Gary Lachman.
Según el historiador del arte Otto von Simson, la Escuela de Chartres acuñó en dicha catedral una cosmología geométrica y musical que dio origen a una verdadera estética geométrica y musical. Y no solo por ese laberinto, los elementos al respecto son múltiples, como la aplicación de la proporción áurea en la estructura o el hecho de que las diagonales de los rectángulos de la fachada occidental estén relacionados entre sí según los intervalos musicales de 4ª, 5ª, 8ª y de tono. Asimismo, hay especialistas que afirman que la nave principal podría estar diagramada como un monocordio: la longitud de la nave sería como la cuerda de ese instrumento y sus puntos más importantes (crucero, lugar del coro, etc.) guardarían una correspondencia con el lugar de las notas musicales en dicha cuerda.
La zona donde se levantó la catedral, por otro lado, fue siempre lugar de peregrinación para el culto a lo femenino (de hecho, la Catedral está destinada hoy al culto católico bajo la advocación de Nuestra Señora), otro de los temas de La nada que parpadea, pero este elemento sí lo conocía yo entonces. Por eso los bordes exteriores del laberinto están formados de "cuernos" lunares (hay un calendario lunar implícito) y la vía del centro acaba en una flor, un útero. Hablo del libro y el espacio sagrado.
Por tanto, al cabo de los años he comprobado que sí, la geometría significa y suena. Solo hay que esperar, porque hay cosas que no se oyen de inmediato sino a la vuelta de las once vías; o en su centro.
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